Amenazas para la salud bucal: el piercing oral

Posted by Lisa Ryan on April 1st, 2017

Las perforaciones en el cuerpo y las modificaciones corporales son una práctica cada vez más usual en la sociedad, gracias a su popularidad y aceptación.

Lo que muchos no se paran a pensar sin embargo es en los posibles efectos que los piercings pueden tener para la salud oral de las personas. Quitando los efectos secundarios ordinarios, como puede ser el dolor aparejado a la perforación o la inflamación de la zona, estas prácticas pueden provocar infecciones difíciles de detener y heridas complicadas de sellar debido a la humedad de la boca, que complica este proceso de cicatrización

Las potenciales lesiones en los dientes son otro aspecto a valorar. Aparte de poder afectar a nervios a la hora de realizar la perforación, este tipo de modificación corporal puede afectar considerablemente a los dientes, provocando entre otras cosas su caída, infección o enfermedades como la gingivitis. La sensibilidad dental es otra de las consecuencias. El roce constante del piercing con los dientes puede causar el desgaste del esmalte y con ello el dolor que supone padecer esta sensibilidad. Es por ello que, en caso de tomar la decisión, le recomendamos que haga más de una visita a su dentista, que podrá controlar los efectos negativos de la inserción del piercing.

Entre las localizaciones más comunes, encontramos

1. Lengua. En ella caben dos tipos de perforaciones, dorsoventral y dorsolateral. La primera (en el centro de la lengua) suele ser la más común y también segura para el paciente, aunque las laterales también son relativamente corrientes, variando entre anillos y barbell piercings.

2. Mejillas. Este tipo de piercings son externos y suelen emplearse los del tipo dimple.

3. Labio. Se pueden colocar en cualquier parte del perímetro, aunque es más común hacerlo en el labio inferior. La perforación tiene lugar desde el exterior al interior del labio y suele ser causante de problemas en las encías, pudiendo causar su recesión.

Ya hemos mencionado las consecuencias más comunes tras la inserción del piercing. No obstante también podemos encontrarnos con alergias al material con el que se ha fabricado el piercing, lo que podría igualmente ocasionar dolor e incomodidad en la zona bucal.

Dejando a un lado sus efectos inmediatos, los piercings pueden causar trastornos a medio y largo plazo en nuestra salud bucodental si no se presta especial atención a su progresión y reacción de nuestra boca y piezas dentales ante los mismos. De este modo, cabe la posibilidad de enfrentarnos a los siguientes síntomas:

-          Halitosis. Las infrecciones y la proliferación de bacteria en la boca, a la que contribuye el piercing, puede traer consigo mal aliento, de manera más o menos habitual.

-          Resección gingival. Esto es, la recesión de las encías. Este resulta ser uno de los mayores problemas que suscitan los piercings, acelerando con ella la debilidad y la pérdida potencial del diente dejando este poco a poco al descubierto.

-          Periodontitis. Que puede traer causa de la acumulación de bacterias en los dientes, especialmente en aquellos cercanos o que rocen con el piercing.

Parece que las conclusiones que podemos sacar de lo dicho es que no ponerse un piercing en la zona bucal es la mejor de los opciones. No obstante, si ha sufrido alguno de los problemas antes mencionado, aún está a tiempo de retirarlo y acudir a un buen dentista que pueda ayudarle a recobrar su salud bucodental. Si no se ha encontrado ningún problema hasta ahora, ello no es excusa para mantener una estricta higiene bucodental, y también del piercing, de cara a evitar una acumulación de bacterias.

En la clínica dental Idiaquez, en Donostia, podrán asesorarle acerca del mejor tratamiento para combatir los inconvenientes de esta modificación corporal, de manos de un equipo que cuenta con años de experiencia y excelencia a sus espaldas.  

    

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